martes, 13 de diciembre de 2011

Los bandos municipales y la pérdida de arte y humor

Hoy leía un bando del alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, del PP y he pensado para mis adentros: "qué cosa más sosa, institucional y falta de arte y gracia". Entonces, me he puesto a buscar bandos de Tierno Galván y he encontrado algunos, que no tienen desperdicio. Son geniales. Recomiendo seriamente buscar bandos de este alcalde del PSP. Os dejo estos:


Madrileños:

Esta Alcaldía Presidencia ha observado que los ruidos de esta Villa y Corte aumentan hasta hacerse intolerables. 

            Jóvenes sin escrúpulos, que gustan de ostentar prepotencia y mostrarse ante sí mismos y los demás superiores a cualquier norma y acatamiento, vociferan con tal estruendo o producen tales ruidos con las máquinas de correr, que llaman motocicletas, que impiden el sueño apacible y reposado que el trabajo cotidiano de nuestros vecinos requiere. Agavíllanse en ocasiones estos jóvenes, por lo común adolescentes, para que el número aumente el estruendo y fortalezca la impunidad de su deplorable conducta. 

            A veces no ya los jóvenes, sino los adultos, caen en parecido incivismo y descuido alzando inconsiderablemente la voz de los ingenios que reproducen el sonido, mientras tienen los postigos y las vidriera de ventanas y balcones abiertos, con lo que perturban, particularmente de noche, la sensibilidad y el ánimo de los vecinos, moradores o viandantes. 

        No faltan tampoco quienes hablan con voz estentórea, gritan o anuncian mercancías, o tocan instrumentos musicales sin el debido y solícito recato, molestando a quienes duermen, sobre todo en las horas de descanso que corresponden a la siesta. 

            Por cuya razón, velando por la paz y el sosiego de esta Villa, encarezco a sus habitantes cuiden de su comportamiento para no añadir a las molestias y congojas, que toda ciudad grande ocasiona, las que nacen de la mala educación y poco civismo. 

Madrid, 22 de julio de 1981.


El destape (Mayo de 1984).

Numerosas vecinas dan en despojarse, como con particular y escrupulosa atención ha observado el alcalde, de corpiños, basquiñas, briales y otras prendas que por respeto no se nombran, faltando poco, en algunos casos, para que tanto mozas como menos mozas en carnes queden. Ocasiónanse de este modo graves y supérfluos daños, pues quienes desde el pescante los coches guían alejan la atención de su principal menester, arrastrados por el invencible deseo de mirar, con menoscabo de haciendas, peligro para la vida y aumento de la común confusión.



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